Legends, Tales and Poems by Gustavo Adolfo Becquer
page 181 of 655 (27%)
page 181 of 655 (27%)
![]() | ![]() |
|
Los oficiales se miraron éntre sí con expresion entre asombrada é incrédula; el capitán, sin atender al efecto que su narración producía, continuó de este modo: --No podéis figuraros nada semejante á aquella nocturna y fantástica visión que se dibujaba confusamente en la penumbra de la capilla como esas virgenes pintadas en los vidrios de colores que habréis visto alguna vez destacarse á lo lejos, blancas y luminosas, sobre el obscuro fondo de las catedrales. Su rostro ovalado, en donde se veía impreso el sello de una leve y espiritual demacración, sus armoniosas facciones llenas de una suave y melancólica dulzura; su intensa palidez, las purisimas líneas de su contorno esbelto, su ademán reposado y noble, su traje blanco y flotante, me traían á la memoria esas mujeres que yo soñaba cuando casi era un niño. ¡Castas y celestes imágenes, quimérico objeto del vago amor de la adolescencia! Yo me creía juguete de una alucinación, y sin quitarle un punto los ojos, ni aún osaba respirar, temiendo que un soplo desvaneciese el encanto. Ella permanecía inmóvil. Antojábaseme al verla tan diáfana y luminosa que no era una criatura terrenal, sino un espíritu que, revistiendo por un instante la forma humana, había descendido en el rayo de la luna, dejando en el aire y en pos de sí la azulada estela que desde el alto ajimez bajaba verticalmente hasta el pie del opuesto muro, rompiendo la obscura sombra de aquel recinto lóbrego y misterioso. --Pero ... exclamó interrumpiéndole su camarada de colegio, que, comenzando por echar á broma la historia, había concluido |
|